Rachel Boston es una estudiante de joyería de la popular escuela londinense Central Saint Martins. Uno de sus más recientes proyectos y que más éxito ha tenido ha sido este anillo, diseñado y hecho a mano por ella misma desde la idea inicial hasta el embalaje final. Cada anillo viene con una aguja y varias madejas de colores para que cada uno se lo personalice como quiera.


Como veis es una idea parecida al de la lámpara de punto de cruz que hace unas semanas os presentábamos y demuestra la cantidad de soportes y materiales con el que se puede bordar tanto bordado tradicional como punto de cruz.

¿Que otras superficies crees que son susceptibles a ser bordadas?